Historia de la Publicidad
Los orígenes de la publicidad se
remontan a la antigüedad. Uno de los primeros métodos de publicidad consistía
en pintar los anuncios en los muros. Los arqueólogos han encontrado numerosas
muestras de esta técnica, en especial en la antigua Roma y en Pompeya. Un
anuncio desenterrado en Roma informa sobre un terreno puesto a la venta y otro
encontrado en una pared de Pompeyo anuncia una taberna situada en otra ciudad.
Durante la edad media se
desarrolló una técnica simple pero muy efectiva, que consistía en anunciar de
viva voz eventos y productos, gracias a los pregoneros, personas que leían
noticias en público, o comerciantes que anunciaban sus productos.
Aunque hay anuncios gráficos
desde la antigüedad, la publicidad impresa no se desarrolló en realidad hasta
la aparición de la imprenta. La marca registrada mediante un signo
bidimensional o tridimensional que simboliza una empresa o un producto apareció
por primera vez en el siglo XVI, cuando los comerciantes y los miembros de los
gremios empezaron a disponer estos símbolos a la entrada de sus tiendas. Entre
las marcas que han sobrevivido de esta época destaca la barra rayada de los
barberos.
Las empresas que comercializaban
medicamentos patentados crecieron mucho a partir de finales de la década de
1870 gracias a la publicidad inserta en periódicos y revistas. Delimitaron un
gran mercado debido a que era difícil encontrar médicos en las áreas rurales,
por lo que los colonizadores y los granjeros tenían que automedicarse. Los
vendedores de fármacos obtenían beneficios de entre el 80 y el 90%, por lo que
podían pagar la publicidad de sus recetas. Entre los primeros anunciantes
también figuraban de un modo destacado las empresas de ferrocarriles y de
transporte marítimo de Estados Unidos que informaban, además del lujo y la
comodidad de sus servicios, de los horarios y las tarifas.
A finales del siglo XIX muchas
empresas estadounidenses empezaron a vender sus productos en envases que
llevaban impresa la marca. Este hecho marcó un hito en la historia de la
publicidad, puesto que antes los productos domésticos como el azúcar, el jabón,
el arroz, la melaza, la mantequilla, la leche, la manteca, las alubias
(frijoles), los caramelos y dulces y los alimentos en escabeche se vendían a
granel, por lo que los consumidores no habían conocido hasta entonces al
productor.
Los primeros en utilizar esta
técnica fueron los vendedores de jabones y detergentes. Entre los primeros (que
datan de 1880) destacan Ivory, Pears' y Colgate. Pronto siguieron su ejemplo
otras empresas, como la Royal Baking Powder, la Quaker Oats y los bolígrafos
Waterman. A principios del siglo XX surgieron marcas tan conocidas como Wrigley
y CocaCola.
Tras la I Guerra Mundial, la
industria publicitaria estadounidense creció hasta el punto que se convirtió en
la marca registrada de los propios Estados Unidos. Este crecimiento se vio
impulsado por numerosos avances tecnológicos; el crecimiento de la industria
estadounidense provocó nuevos inventos y mejoras técnicas que beneficiaron a
otras industrias.
La aparición de la electricidad
contribuyó a la creación de anuncios luminosos; el fotomontaje y otras mejoras
en las técnicas de impresión ayudaron tanto a editores como a los departamentos
de publicidad de periódicos y revistas. La publicidad empezó a contratar a
especialistas en relaciones públicas. La aparición de la radio en la década de
1920 estimuló una nueva técnica de venta que utilizaba la voz como reclamo.
El invento más significativo de
la posguerra fue la televisión, un medio que forzó a la industria publicitaria
a mejorar sus técnicas comerciales utilizando medios visuales y sonoros. En la
década de 1990 destaca la generalización del uso de reproductores de vídeo y de
mandos a distancia para éstos y para las televisiones. Las agencias de
publicidad consideran una amenaza esta generalización porque algunos
espectadores pueden borrar los anuncios cuando graban programas o pasarlos a
alta velocidad cuando ven una cinta grabada; además, la existencia del mando a
distancia también es una amenaza porque los espectadores pueden cambiar de
cadena o quitar el sonido en tanto se emitan los anuncios. Por ello, las
agencias de publicidad han cambiado de técnica y ahora intentan esponsorizar
los espacios de la programación. La generalización de redes internacionales de
informática, como Internet, compensa estas dificultades al ofrecer un nuevo
medio específico para publicar y difundir anuncio
Durante el siglo XIX era muy
difícil valorar los efectos de la publicidad. Los anunciantes sólo podían
evaluar estos efectos utilizando las estimaciones del número de lectores de
periódicos y revistas. Cuando se empezaron a utilizar la televisión y la radio
para anunciar productos no existía ninguna medida fiable de la audiencia que
tenían estos medios. Por ello, en 1914 se creó en Estados Unidos la primera
agencia independiente de medición de audiencias, fundada por los principales
editores de periódicos y revistas. Desde aquel año se han creado compañías de
este tipo en casi todos los países.
A partir de entonces se han
seguido desarrollando técnicas para evaluar las audiencias de los medios de
comunicación, debido sobre todo a la competencia y a la necesidad que tienen
las empresas de publicidad de tener una medida precisa y fiable para evaluar la
eficacia relativa de cada medio. Por su parte los canales informativos han
creado técnicas que les permiten no sólo saber cuánta gente ve o escucha los
mensajes publicitarios, sino también el perfil medio de las personas y el lugar
donde residen. Los periódicos y las revistas, ya sea recurriendo a sus
trabajadores o contratando a firmas especializadas, analizan sus audiencias,
llegando a saber dónde viven sus lectores, su nivel de ingresos y educación,
sus hábitos de ocio, su edad y su número de hijos, y redactan informes para
determinar el potencial comprador de sus clientes en función de los distintos
productos.
Las empresas de radio y televisión también consideran la
composición de sus audiencias con el objeto de informar a los anunciantes
potenciales. También en este campo las empresas de radiotelevisión, las
agencias publicitarias y los anunciantes contratan a empresas de control de
audiencias para medir el impacto de sus programas. De forma análoga, las
empresas que difunden sus productos en vallas publicitarias y en medios de transporte
(camiones, furgonetas de reparto, autobuses, entre otros) intentan medir el
número de personas que ven estos anuncios.
Debido a la complejidad de la industria publicitaria, en la
que intervienen factores psicológicos y otro tipo de variables, es difícil
formular afirmaciones tajantes sobre la eficacia de la publicidad, por lo que
el control de audiencias es una actividad compleja y sujeta a polémicas muy
intensas. Los analistas intentan mejorar y hacer cada vez más fiables sus
técnicas de medición.
Una de las principales técnicas de análisis consiste en la
prospección de mercados. Tanto las agencias publicitarias como los anunciantes
realizan exhaustivas —y costosas— investigaciones para evaluar la viabilidad de
nuevos bienes y servicios antes de anunciarlos a escala nacional, lo que les
obliga a asumir grandes gastos. El procedimiento más común consiste en realizar
encuestas puerta a puerta en diversos vecindarios con distintos niveles de
renta media. En estas encuestas se muestra a los potenciales consumidores
distintas versiones del artículo que se pretende vender. Si el resultado de la
encuesta convence al productor de la viabilidad de una determinada versión de
dicho artículo se procede a seleccionar el mejor método de publicidad,
mostrando distintos anuncios a un conjunto de posibles consumidores, para que
revelen sus preferencias. A continuación se escogen los dos anuncios más
votados y el fabricante empieza a distribuir una serie limitada del producto,
para venderlo a continuación en un mercado local. A partir de los resultados de
esta prueba, el productor-anunciante decidirá si es conveniente realizar una
campaña publicitaria a una escala mayor.
La cuestión relativa a las motivaciones que determinan la
compra de un producto desafían la imaginación y el ingenio de los vendedores y
presiona a los especialistas en publicidad para que indaguen en nuevos campos.
La prospección de estas motivaciones intenta encontrar los impulsos
inconscientes que determinan las decisiones de compra. Las agencias publicitarias
utilizan los resultados de estos sondeos para influir en los comportamientos de
los consumidores y superar sus reticencias. Hay quienes critican esta
utilización de las motivaciones personales porque consideran que, además de no
ser fiables, no respetan al consumidor, que no debería ser sometido a este tipo
de ataques indirectos para incrementar las ventas. Sin embargo, muchos expertos
en publicidad consideran que el análisis de estos motivos es sólo un medio para
analizar con más profundidad los factores psicológicos de la actitud del
público. A través de encuestas exhaustivas y de investigaciones, los
publicistas pueden analizar el proceso de venta y averiguar cuál fue el factor
concreto que motivó al consumidor a comprar un producto. Los analistas intentan
averiguar en qué consistieron estas motivaciones.
Publicidad, término
utilizado para referirse a cualquier anuncio destinado al público y cuyo
objetivo es promover la venta de bienes y servicios. La publicidad está
dirigida a grandes grupos humanos y suele recurrirse a ella cuando la venta
directa —de vendedor a comprador— es ineficaz. Es preciso distinguir entre
publicidad y otro tipo de actividades que también pretenden influir en la
opinión pública, como la propaganda o las relaciones públicas. Hay una enorme
variedad de técnicas publicitarias, desde un simple anuncio en una pared hasta
una campaña simultánea que emplea periódicos, revistas, televisión, radio,
folletos distribuidos por correo y otros medios de comunicación de masas. Desde
sus inicios en el mundo antiguo, la publicidad ha evolucionado hasta
convertirse en una enorme industria. Tan sólo en Estados Unidos, a finales de
la década de 1980, se gastó en un año en torno a 120.000 millones de dólares en
publicidad.
La publicidad en Estados Unidos es la primera a escala
mundial, no sólo por su volumen, sino también en cuanto a complejidad en lo
tocante a organización y a técnicas publicitarias. Muchos de sus métodos han
servido de modelo para otros países. La publicidad actual desempeña un papel
crucial en la civilización industrial urbana, condicionando —para bien y para
mal— todos los aspectos de la vida cotidiana. Tras demostrar su enorme poder
para promover la venta de bienes y servicios, desde la década de 1960 la
publicidad se ha utilizado cada vez más para fomentar el bienestar. Las
campañas a favor de la salud y contra el consumo de bebidas alcohólicas son
sólo dos ejemplos de cómo la industria publicitaria puede defender tales objetivos.
Se pueden distinguir dos importantes categorías de
publicidad: la de bienes de consumo, dirigida hacia el consumidor final, y la
empresarial, dirigida a los empresarios mediante periódicos y revistas de
economía y otros medios especializados de comunicación.
Estos dos tipos de publicidad utilizan multitud de técnicas
para fomentar el consumo. Otra modalidad publicitaria, de importancia menor, es
la institucional, cuyo único objetivo consiste en crear prestigio y fomentar el
respeto de determinadas actividades públicas. Cada año se gastan enormes sumas
de dinero en este tipo de publicidad, que no suele anunciar bienes o servicios.
Otra técnica publicitaria, cada vez más frecuente, consiste
en presentar campañas conjuntas entre el productor y el vendedor. A veces,
cuando se realizan campañas a escala nacional, varios empresarios comparten un
mismo anuncio.
La publicidad puede tener un alcance local, nacional o
internacional. Los precios de una campaña publicitaria dependerán de su ámbito
de implantación. También variarán en función de lo que se anuncia: ocio,
cuestiones legales, políticas, financieras, temas religiosos o anuncios
destinados a recoger donaciones para financiar actividades caritativas o
humanitarias.
Lo que es la publicidad
Para el la ama de casa, la publicidad puede significar el
anuncio que ve en el periódico de jueves y el que habla de las ventas
especiales del supermercado local, para su marido, quizás significa al anuncio
del nuevo Chevrolet que le gustaría comprara; para sus hijos
Tal vez quiera decir los anuncios animados de los cereales
para el desayuno que ven por televisión.
Para el estudiante puede significar el anuncio rimado y
cantado que oye tararear a sus condiscípulos en el colegio.
Todos estos puntos de vista concentran la atención en el
anuncio más bien que en la publicidad. En esta obra nos proponemos echar una
ojeada general a esta ultima y analizara desde muchos puntos de vista: entre
otros, los del hombro de negocios, el científico social, el consumidor. En
consecuencia, usaremos la siguiente definición de la publicidad:
La publicidad es comunicación pagada no personal, que por
conducto de los diversos medios publicitarios hacen empresas comerciales,
organizaciones no lucrativas o individuos que están identificados de alguna
manera con el mensaje publicitario.
Medios utilizados por la publicidad
Los mensajes publicitarios aparecen en diversos medios. De
mayor a menor importancia, los medios que utiliza la publicidad son los
periódicos, la televisión, la venta por correo, las publicaciones de
información general, las revistas económicas, las vallas publicitarias y las
revistas destinadas a diversos sectores profesionales. Además, una parte
importante de la publicidad se transmite utilizando medios no destinados a ella
de una forma específica, como puede ser un escaparate, el folleto de una
tienda, calendarios, mensajes desplegados con aviones e incluso
hombres-anuncio.
También se utilizan cada vez más medios que no se pensaba en
principio que pudieran servir para anunciar productos. En la actualidad se
muestran mensajes publicitarios en los camiones y furgonetas de reparto, o
incluso en los autobuses y taxis. Algunas cajas llevan anuncios de productos
distintos a los que contienen. Las bolsas de las tiendas también son un medio
frecuente para anunciar productos o el mismo establecimiento.
Publicidad directa
En este ámbito se incluye toda la publicidad enviada por
correo o entregada en persona al consumidor potencial, sin que para ello se
utilice ningún otro tipo de medio como los periódicos o la televisión. La
publicidad directa puede clasificarse en importantes modalidades: el envío de
publicidad postal, la venta por correo o la entrega de folletos y catálogos.
La principal función de la publicidad directa por correo
consiste en familiarizar al consumidor potencial con el producto, su
denominación, el productor y las ventajas de la compra, así como informarle de
los puntos de venta del artículo. También se pretende fomentar la venta de los
distribuidores manteniendo la clientela y atrayendo a nuevos consumidores.
Cuando no se produce una venta directa se requieren otros
métodos para inducir a comprar por correo. Además de la publicidad inserta en
periódicos, revistas, radio y televisión, también se utilizan folletos y
catálogos de venta para fomentar la venta por correo. Este tipo de promociones
pretenden vender sin recurrir a agentes comerciales.
La entrega personal de folletos tiene los mismos objetivos
que la publicidad por correo. Estos folletos se reparten de puerta en puerta, a
la salida de las tiendas, o se incluye en paquetes y en las cajas de productos.
La competencia entre los medios para repartirse el mercado
publicitario es enorme, por lo que las agencias publicitarias desarrollan
nuevos procedimientos para vender bienes y servicios. Entre estas técnicas hay
que destacar la mejora de los métodos de impresión y reproducción de gráficos,
adaptándose al formato de los anuncios de las revistas y de los folletos que se
emiten por correo; la utilización de colores en los anuncios desplegados en los
periódicos y la televisión, y los anuncios que muestran las vallas
publicitarias están cada vez mejor diseñados e iluminados. Muchas de las
mejoras provienen de la investigación llevada a cabo por la industria
publicitaria.
Efectos económicos y sociales
Debido a que muchas empresas utilizan una u otra forma de
publicidad casi todo el mundo ve o escucha anuncios a diario. Por ejemplo, en
Estados Unidos el dinero gastado en publicidad equivalía, a mediados de la
década de 1980, a 370 dólares per cápita. El elevado coste per cápita de la
publicidad ha llevado a muchos críticos a atacar esta industria alegando que es
innecesaria, mentirosa, manipuladora y derrochadora. Estos analistas defienden
que la industria publicitaria eleva de forma artificial e innecesaria el coste
de los bienes y servicios que anuncia. Los defensores de la publicidad
reconocen la veracidad de algunas de estas críticas, pero alegan que, al
interesar a los consumidores, la publicidad permite a los productores vender cantidades
mayores; este mayor volumen de ventas permite a su vez que las empresas
reduzcan los costes unitarios de los productos aprovechando las economías de
escala.
Según los grandes empresarios y numerosos economistas, la
publicidad desempeña un papel crucial en el desarrollo de mercados de bienes de
poco valor. Existe al menos un estudio a escala mundial sobre los gastos de
cada país en publicidad, y en él se demuestra que existe una correlación
directa entre ésta y el nivel de vida, lo que refrenda la teoría anterior.
La publicidad proporciona también grandes ingresos a los
principales medios de comunicación. La industria que realiza los anuncios para
televisión y radio depende de las agencias de publicidad. Los periódicos y
revistas obtienen asimismo cuantiosos ingresos gracias a la publicidad.
Algunos puntos de vista sobre la publicidad
Sir Winston Churchill:
La publicidad acrecienta el poder adquisitivo de los
hombres. Crea necesidades para alcanzar mejor nivel. Erige ante un hombre el
objetivo de un hogar mejor, mejores vestidos mejor alimento para si mismo y su
familia. Incita al esfuerzo individual y a la mayor producción. Junta en unión
fecunda aquellas cosas que, de otra manera, nunca se reunirán.
Franklin Delano Roosevelt:
Si estuviera empezando a vivir de nuevo, me inclino a pensar
que me dedicaría al negocio publicitario con preferencia a casi cualquiera
otro.
LA ESTRATEGIA
PUBLICITARIA
La estrategia
publicitaria es el producto de un análisis muy cuidadoso de todos y cada uno de
los aspectos relacionados con el consumidor y el producto o servicio. Tal
análisis puede basarse en siete pasos que, de acuerdo a Raúl E. Beltrán nos
ayudarán a obtener las bases argumentales de los anuncios comerciales que nos
decidamos a crear.
La estrategia
publicitaria se resume en una frase que funciona como base de toda la campaña.
Por ejemplo, la tan famosa “Soy… Totalmente Palacio” del Palacio de Hierro.
Siguiendo la obra de Raúl E. Beltrán y Cruces “Redacción publicitaria”, el
proceso de la estrategia publicitaria sería de la siguiente manera:
1.
Defina
el producto o servicio. Definir qué necesidad satisface, cómo la satisface, de
qué está hecho, cuáles son sus materias primas, cuál es su origen, qué ventajas
tiene sobre sus competidores, cuántos y cuáles son los productos similares que
ofrece la competencia, qué prestigio tienen, qué clase de publicidad hacen, qué
motivaciones usan para conmover al consumidor, entre otras cosas.
2.
Defina
el mercado objetivo. Para eso se va a dividir al mercado objetivo en tres
clases: mercado geográfico, mercado demográfico y mercado psicográfico.
3.
Analice
al consumidor. Hábitos de consumo, hábitos de compra, hábitos de medios y
hábitos de uso.
4.
Analice
la promesa básica. Debe quedar claro que la promesa básica tiene que contemplar
más que nada la satisfacción de la necesidad del usuario, antes que la
necesidad del productor.
5.
Estudie
los puntos adicionales de venta. Es importante considerar la fuerza de venta en
cada punto de venta y tener en cuenta la clase de público que acude a ellos,
para que la publicidad impresa (publicidad en punto de venta) sea redactada
según la idiosincrasia de los compradores.
6.
Elija
las técnicas que va a aplicar. Técnicas de distribución, técnicas de
comunicación, etc.
7.
Defina
sus objetivos. Tan simple como el definir hacia donde queremos llegar, que
queremos conseguir, como lo vamos a lograr y en qué tiempo se ha de llevar a
cabo.
EL CICLO DE VIDA DEL PRODUCTO
El
ciclo de vida del producto es el conjunto de etapas por las que pasa un
producto desde su lanzamiento hasta su salida del mercado.
El
ciclo de vida del producto se basa en el hecho de que todos los productos
tienen una vida finita. Tal como sucede con los seres vivos, los productos
también nacen (con su introducción al mercado), tienen una etapa de
crecimiento, una de madurez, y luego, una de declive (que culmina con su salida
del mercado).
El
ciclo de vida del producto es usado como una herramienta de gestión, ya que al
saber por cuál etapa está pasando un producto, podemos definir mejor nuestras
estrategias comerciales.
Veamos
a continuación cada una de las etapas que conforman el ciclo de vida del
producto, así como algunas de las estrategias de marketing que podemos aplicar
en cada una de ellas:
1.
Etapa de Introducción
En
esta etapa, el producto hace su aparición en el mercado, las ventas son bajas,
pero empiezan a aumentar lentamente, se invierte bastante en el desarrollo del
producto y en la publicidad. En general, los costos y gastos suelen ser mayores
que los ingresos, por lo que no suelen haber utilidades y, en caso de haber
alguna, ésta es mínima.
En
esta etapa nuestro objetivo es buscar la mayor cobertura posible, es buscar que
nuestro producto sea conocido por el mayor número de consumidores posible.
Para
lograr ello debemos hacer uso de una publicidad informativa, es decir, una
publicidad orientada principalmente a informar sobre nuestro producto, sobre sus
características y atributos, y no tanto orientada a persuadir al consumidor a
decidirse por la compra.
Otra
estrategia que podemos usar en esta etapa es la de disminuir nuestros precios,
para que, de ese modo, lograr una rápida penetración o acogida. O, por el
contrario, podemos optar por elevar nuestros precios, para que, de ese modo,
crear una sensación de calidad o exclusividad en el producto.
2.
Etapa de Expansión o de Crecimiento
En
esta etapa el producto empieza a ganar aceptación y a posicionarse en el
mercado, el uso del bien o del servicio se empieza a generalizar entre los
consumidores, las ventas aumentan con rapidez.
En
esta etapa debemos hacer uso de una publicidad persuasiva, es decir, una
publicidad orientada a persuadir o motivar a los consumidores a decidirse por
la compra de nuestros productos o por hacer uso de nuestros servicios.
Una
estrategia para esta etapa es la de dedicar un mayor presupuesto a la promoción
de nuestro producto, invertir más en ella con el fin de aprovechar la
aceptación que ya tiene el producto y lograr así, la mayor cantidad de ventas
posibles.
3.
Etapa de Madurez o Estancamiento
En
esta etapa, las ventas siguen aumentando, pero a un ritmo lento y decreciente,
hasta el momento en que llegan a estancarse.
Esta
etapa suele ser la que más tiempo dura de todas, y las que más retos conlleva.
Para hacerle frente una buena estrategia es la de concentrarnos en brindar un
servicio al cliente, de modo que podamos retener a nuestros consumidores.
Otra
estrategia es la de relanzar nuestro producto, por ejemplo, cambiando nuestra
marca, o cambiando la ubicación de nuestro local. O simplemente podemos
agregarle al producto nuevas características, nuevos beneficios, nuevos
atributos o nuevas utilidades; por ejemplo, podemos cambiar su presentación, su
envase, su etiqueta, su diseño, etc.
4.
Etapa de Declive o de Caída
En
esta etapa las ventas disminuyen, al menos a su forma inicial. Las utilidades
empiezan a disminuir hasta hacerse nulas, obligando a retirar el producto del
mercado.
Como
estrategias para esta etapa podemos introducir nuevos productos complementarios
al que ya tenemos, o podemos optar por sacar el producto del mercado e
introducir un sustituto o uno totalmente nuevo.

Identidad Corporativa vs Imagen Corporativa
Una gran duda entre aquellas personas no especializadas en
áreas de marketing o comunicación corporativa siempre ha sido la diferencia
entre imagen e identidad corporativa, dos conceptos íntimamente relacionados
pero totalmente diferentes. Pues bien, veámos la diferencia…
La imagen corporativa hace referencia a la forma de percibir
una determinada marca, empresa y su actividad por sus públicos. Para crear una
imagen corporativa se necesita llevar a cabo una serie de actividades de la
mano de expertos en marketing y comunicación, influida por otros agentes como
prensa o líderes de opinión, que consigan crear esa sensación en la mente del
consumidor. Por descontado que la imagen corporativa debe ser coherente con el
posicionamiento del servicio que se ofrece para no crear confusión entre los
consumidores.
La identidad corporativa, sin embargo, se refiere a la
manifestación física de una marca. Incluye una serie de elementos como
logotipo, papelerías corporativas y demás soportes, diseñados bajo unas guías
de estilo o parámetros denominados “manual de estilo” o “manual de identidad
corporativa”. En ellas se definen cómo debe aplicarse la paleta de colores
corporativos, las tipografías, la organización visual de una página, etc… todo
bajo una coherencia visual que vaya
Marca
Es un término que proviene del latín marca, consiste en ese
rasgo, huella o grafismo, que se asume como signo singular que distingue a una
cosa de otra. Está asociada a la propiedad de un producto o a lo que el
propietario hace, lo que abarca no sólo productos que cotidianamente
consumimos, sino también los servicios y las organizaciones. La marca se
formula para cumplir la función de representar, pudiendo adoptar diversas
formas con base en signos icónicos (representación de imágenes provenientes de
la realidad o por abstracción de la misma) y verbales (que utilizan signos
alfabéticos o numéricos) o por la combinación de ambos.
Marca Verbal (Coca Cola) / Marca icónica (Mery Linch) /
Marca Iconico-verbal (AeroMexico)
Logotipo
Del griego logos - logos, que significa palabra o discurso y
typoV - typos, golpe, marca del golpe, señal, imagen o escritura en forma de
impronta . Se puede decir que es un elemento verbal representado en forma
escrita que asume una fisonomía singular y constante. El logotipo es la forma
más común de representar una marca debido a su carácter fonético, pues a
diferencia de las marcas icónicas, éste se puede leer.
Autores como Costa (1993) establecen que para que una marca
tenga el carácter de logotipo, debe poseer una unidad informativa escrita,
semánticamente completa y suficiente por sí misma [3]. Del logotipo derivan
otras marcas también verbales, como son el monograma, el anagrama y la sigla, a
las que Costa llama, “formas logotipadas” [4], mismas a las que agregaremos las
iniciales y la firma.
Ejemplo de los logotipos de Moulinex, Kenwood y Braun.
Formas Logotipadas (monograma, anagrama, siglas, inicial y
firma)
Símbolo
Vocablo que proviene del latín symbolum, el que a su vez
deriva del griego simbolon - simbolon. Corresponde a una representación
sensorialmente perceptible de una realidad, en virtud de rasgos que se asocian
con ésta por una convención socialmente aceptada. Para nuestra disciplina se
refiere a una representación gráfica mediante un elemento generalmente icónico
que adquiere su carácter simbólico una vez que nos trae a la mente algo más
allá del significado de lo que vemos.
Su forma no solamente es figurativa, pues también puede ser
abstracta, aunque si nos apegamos con rigor a la raíz etimológica de la
palabra, un símbolo igualmente puede ser representado por elementos de tipo
verbal, como un monograma o un anagrama. El símbolo a diferencia de los
conceptos que estamos revisando, obtiene su carácter no por la forma que
adquieren los signos que usualmente diseñamos, sino por la función que estos
asumen en el seno de la vida social.
Símbolos de las Olimpiadas / Mercedes Benz / Festival
Internacional Cervantino.
Monograma
Esta palabra proviene del griego monos - monos, prefijo cuyo
significado es único o uno sólo y del griego gramma - gramma, letra o escrito.
Se refiere a una cifra que como abreviatura se emplea en sellos y marcas.
Corresponde a una variante del logotipo en la que son utilizadas una inicial o
varias iniciales entrelazando los rasgos de unas letras con otras para formar
un signo fundido en una sola unidad, lo que en ocasiones dificulta el orden de
la lectura de las iniciales con las que está integrado.
Esta forma de marca era utilizada en la antigüedad y aún
ahora para herrar al ganado, marcando así la identidad del propietario. Hoy en
día, el monograma es utilizado como signo personal y como marca de empresas o
grupos, siendo muy común su forma de aplicación como distintivo en productos
duraderos.
Monograma de Teléfonos de México / Ocean Pacific / Paul
Jean.
Anagrama
Voz proveniente del latín anagramma, que a su vez deriva del
griego anagrama - anagrama. Tiene en términos lingüísticos dos sentidos, el
primero que se refiere a la transposición de las letras de una palabra o
sentencia, de la que resulta otra palabra o sentencia distinta, por ejemplo de
amor - roma, o viceversa, y el segundo se refiere a un símbolo o emblema,
especialmente el constituido por letras.
El anagrama como parte del diseño de una marca, emplea
letras o sílabas del nombre de la entidad que representa en forma “logotipada”,
utiliza contracciones que facilitan la denominación cuando ésta es demasiado
extensa o difícil de aplicar gráficamente, por ejemplo PEMEX / Petróleos
Mexicanos, Bancomex / Banco de Comercio Exterior, IMSS / Instituto Mexicano del
Seguro Social.
Anagrama de Petróleos Mexicanos / Banco de Comercio Exterior
/ Instituto Mexicano del Seguro Social.
Sigla
Esta denominación proviene del latín sigla que significa
cifra o abreviatura. Es una palabra formada por el conjunto de letras iniciales
de una expresión compleja. La sigla a diferencia del anagrama no tiene
articulación fonética, por lo que se tiene que leer letra por letra, por
ejemplo: IBM-International Business Machine, BBV-Banco Bilbao Vizcaya, RTC-
Radio, Televisión y Cinematografía. La sigla corresponde a otra variante
logotipada de las marcas, que junto con las iniciales Micaela Papadia las
denomina “iniciales representativas” [5].
Siglas International Business Machines / Home
Box Office / Northern Telecom.
Inicial
Proviene del latín initialis, que significa lo que pertenece
o es relativo al origen o principio de las cosas. En el caso de una marca
verbal, se refiere a la primera letra de una palabra o nombre de una persona,
entidad o empresa, la cual se utiliza a modo de síntesis para identificar
rápidamente la unidad de que se trate. En su forma logotipada es considerada
por Papadia (1989) [6] como la forma moderna del monograma, la cual suele
generalmente estar acompañada del nombre de la identidad que representa.
Iniciales logotipadas de las marcas SEAT / Motorola /
Zuzuki.
Firma
Es un término que casi no se emplea en el diseño gráfico
para definir el elemento formal de una marca, sin embargo la firma ofrece una
característica propia que viene heredada desde su misma concepción, pues se
refiere al nombre, apellido, título o distintivo que una persona escribe de
propia mano para dar autenticidad a un determinado producto.
De hecho la firma era uno de los modos más comunes de marcar
en la antigüedad, pues por ejemplo los alfareros mesopotámicos marcaban sus
producciones con sus propias manos, siendo esta una forma de certificar la
autenticidad de sus mercancías. A la firma la podemos considerar como otra
variante del logotipo, la cual es aplicada en la actualidad en productos de
gran exclusividad como la ropa, los perfumes o los zapatos, derivando en
algunos casos en formas no necesariamente manuscritas y asumiéndose más como
logotipos que como firmas.
Firmas de Pierre Cardín / Oscar de la Renta / Paul Smith.
Pictograma
Marca diseñada en forma iconográfica cuyo término proviene
del latín pictum, pintar, y del griego gramma - gramma, signo, escrito o letra.
Es una forma de escritura que emplea figuras o símbolos producto de la síntesis
de los objetos y formas de la realidad cotidiana. Los pictogramas en la
antigüedad fueron utilizados como forma de escritura, como es el caso de los
jeroglíficos, pero ahora son empleados principalmente para la elaboración de
sistemas de señalización o como parte figurativa de las marcas, esto debido a
su facilidad para cruzar las barreras del lenguaje hablado y escrito así como
por su alta pregnancia.
Los pictogramas pueden ir de la representación casi realista
de los objetos hasta la abstracción de conceptos no figurativos, llegando
incluso a la representación arbitraria. Independientemente de la forma que
adopta un pictograma, este se puede aplicar a una marca y adquirir un valor
simbólico, todo ello en función del uso que se le dé al signo representado.
Formas pictográficas concretas de la Shell / Macintoch /
Lacoste.
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